A principios de siglo, La Voz de Galicia publica en sus páginas el estreno de las primeras filmaciones de José Sellier en "Bazar de la Industria,número 8". Tras pasar por diversas actividades, como un taller de carpintería, unos talleres de moda (talleres Villa de París) , estudio de fotografía y Salón de Variedades, desde 1911 el edificio se dedicará exclusivamente a la proyección cinematográfica. En los años cincuenta pasa a pertenecer a los cines Fraga, y se convierte en uno de los principales cines de la ciudad.
El ocaso del Cine París llegara en los años 90 con la aparición de los multicines. Su última sesión se produce en 1999. Como sucede en muchas otras ciudades, el casco histórico de la ciudad se ha convertido en el núcleo de la vida comercial, y especialmente en una vida comercial más enfocado hacia el turismo. La rehabilitación de estos enclaves del centro de la ciudad para el comercio téxtil es un caso habitual, como sucede con otros ejemplos como el Teatro Losada (Zara, Ourense), o el Mercado Eusebio da Guarda (plaza de Lugo, Coruña). En menos de un año, el Cine París pasa de proyectar películas a ser una tienda de moda.
La pérdida de la actividad cultural no ha sido recuperada, y el cine como actividad de ocio se ha trasladado a centros comerciales. El edificio ha sido recuperado, pero no su función. Es interesante la actividad que están iniciando las marcas de ropa para intentar generar una reactivación de la clientela y una fidelización de la marca, ahora ligada en parte actividades culturales; conciertos dentro de las tiendas, fiestas, y todo tipo de eventos para crear una reincidencia sobre el espacio de compra.
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