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sábado, 14 de abril de 2012

Zara New York


Y la tienda que abría en los años noventa entre percheros de rejilla y espacios banales se ha convertido en la gran industria del país que se codea con las mejores tiendas del mundo. Zara abría hace un mes su tienda en la quinta avenida, ciudad donde la marca ya estaba presente, pero ahora buscando más fuerza y rotundidad en su espacio. 


Zara presenta su imagen de "boutique de boutiques"; el concepto de tienda es el de ofrecer una mayor intimidad y cercanía al cliente, una sensación que se intensifica por la ubicación de los elementos de la tienda y los materiales elegidos en su desarrollo. 

La presencia de maniquís en el interior de la tienda remarca esa sensación de boutique y provoca una vinculación con el producto exhibido y de cómo llevar la prenda: la imagen de catálogo que antes se exhibía a gran tamaño dentro de las tiendas se traslada ahora a algo más corpóreo. 

El diseño del espacio lo firma el estudio Elsa Urquijo, ubicado en Coruña. El método de trabajo de Inditex suele estar vinculado a pequeñas empresas a las cuales distribuye los diferentes trabajos que son necesarios externalizar, aunque cada día, la empresa aumente sus tiendas, empleados y negocio. El diseño de la tienda había sido experimentado en el centro comercial Marineda City de Coruña, que se ha convertido en el expositor principal de otras tiendas de la cadena, siguiendo otras marcas como Oysho, la nueva tendencia de diseño interior relativa también a pequeña boutique. Aunque el diseño de los espacios de Inditex siempre se lleva con el máximo secretismo, Urquijo firma también el diseño de las tiendas Uterqüe, inspiradas en una biblioteca antigua. 
La nueva imagen de tienda Zara gira entorno a "cuatro principios: belleza, claridad, funcionalidad y sostenibilidad". Éste último punto ha sido transcendental para los nuevos proyectos de Inditex, que buscan reconocimiento con la puntuación en diferentes sistemas de eficiencia y sostenibilidad. 

La apertura de la tienda en Nueva York se convierte en una arquitectura efímera, al incorporarse al diseño interior, un diseño temporal que convierte en un bosque el interior y entrada al recinto: ramas de árbol florido remarcan la fachada y el interior. 

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