En 1958 Truman Capote escribía “Breakfast at Tiffany’s”, que Blake Edwards convitió en película en 1961. Los primeros planos de la película nos muestran la actividad favorita de Holly, la protagonista: desayunar delante de los escaparates de Tiffany’s.
A principios del siglo XX, aparecieron nuevos términos lingüísticos que definían una actividad hasta entonces desconocida,”window shopping” o “faire les vitrines”, lo que en español traduciríamos como “ir de escaparates”. A partir de lo que antes era una mera actividad de compra, ahora se convertía en un acto social y urbanita.
Imagen:
Escaparates de la quinta avenida de Nueva York en 1942.
Fotografía de Alfred Eisenstaedt